Paraguay atraviesa un proceso de transformación poblacional que modifica la estructura por edades de manera progresiva. La disminución constante en los niveles de fecundidad, sumada al aumento de la esperanza de vida, provoca un crecimiento sostenido en la proporción de adultos mayores, mientras que el número de niños y adolescentes tiende a reducirse.

Según proyecciones oficiales del Instituto Nacional de Estadística (INE), entre los años 2024 y 2050 el país experimentará una caída significativa en la población infanto-juvenil, al tiempo que aumentará la cantidad de personas mayores de 65 años. Para mediados de siglo, se estima que habrá 93,7 adultos mayores por cada 100 menores de 15 años, lo que representa un cambio estructural con implicancias profundas en las políticas sociales, sanitarias y económicas.

Este fenómeno responde a factores diversos: El mayor acceso a métodos de planificación familiar, el avance del proceso de urbanización, la creciente participación femenina en el ámbito laboral y transformaciones en los modelos familiares y culturales. Todos estos elementos contribuyeron a que la Tasa Global de Fecundidad (TGF) disminuya de manera sostenida. En 1950, cada mujer tenía en promedio 6,55 hijos; para 2020, el número descendió a 2,19 y se proyecta que para 2050 bajará aún más hasta 1,72.

Este contexto plantea nuevos desafíos. Por un lado, el país cuenta actualmente con una proporción mayor de población en edad productiva, lo que le otorga una ventaja temporal conocida como bono demográfico.

“A medida que disminuye la gente que labura de manera activa, y pueden cotizar el sistema, menos dinero hay y los sistemas se rompen”, advirtió el periodista y analista Héctor Acuña. Agregó además que “para 2050, se prevé que básicamente va a ser un hijo por cada pareja”.

Las proyecciones poblacionales permiten anticipar necesidades concretas en áreas clave como educación, salud y pensiones. Por ello, expertos insisten en la importancia de planificar con visión de futuro, para garantizar que las transformaciones demográficas no se traduzcan en crisis, sino en oportunidades sostenibles.