Paraguay y otros países latinoamericanos enfrentan un dilema estratégico: Cómo vincularse con China sin comprometer principios fundamentales como la soberanía, la transparencia y las alianzas diplomáticas. Mientras la influencia del gigante asiático crece en la región, también se multiplican las advertencias sobre sus implicancias políticas y comerciales.

El ministro de Economía y Finanzas, Carlos Fernández Valdovinos, fue claro al expresar que están dispuesto a negociar con China Continental, pero no a costa de romper lazos diplomáticos con Taiwán.

En este escenario, el politólogo y ensayista argentino, Marcos Falcone, analizó el fenómeno en el contexto del comercio global. “China es un país ciertamente poderoso que ha crecido en influencia y presencia mundial en las últimas décadas”, indicó.

Sin embargo, advirtió que “comerciar con empresas chinas no es lo mismo que comerciar con empresas de Estados Unidos, paraguayas o argentinas”. Los contratos podrían incluir cláusulas poco claras o incluso discrepancias entre versiones en distintos idiomas, lo que puede traducirse en riesgos jurídicos y económicos, según explicó.

Uno de los aspectos más preocupantes, de acuerdo a Falcone, es la falta de garantías sobre la independencia de las empresas chinas frente al Estado. “El problema es que en China existen leyes que obligan a los individuos y a las empresas chinas que operan fuera de China a colaborar en cualquier tipo de requerimiento que tenga el Estado en cualquier momento”, afirmó.

A pesar de todo, la magnitud del mercado chino es innegable. “Todo el mundo le quiere vender, entienden que es un mercado en crecimiento y muy atractivo, pero esa oportunidad conlleva riesgos porque no es como otros países”, remarcó Falcone.

La experiencia de algunos países de la región ya dejó lecciones. En ese contexto, Paraguay se enfrenta al desafío de construir una política exterior equilibrada, capaz de aprovechar oportunidades sin comprometer sus principios ni su autonomía.

El debate está abierto y será clave para definir la estrategia económica y diplomática del país en los próximos años.