Paraguay ha pasado durante toda su historia por situaciones trágicas que han marcado un antes y un después, dejando un legado de patriotismo en toda la nación y el mundo. Este domingo 29 de septiembre se conmemoró 92 años de la “Victoria de la Batalla de Boquerón”, una contienda bastante trágica en la que se cruzaron combatientes paraguayos y bolivianos.
El doctor en historia, Herib Caballero Campos, estuvo presente en el programa Buenos Días América, donde relató cosas puntuales sobre lo que sucedió en aquella guerra que se impregnó en las retinas de los paraguayos y de los habitantes del vecino país.
“Lo que ocurre con la batalla de Boquerón tiene una particularidad fundamental, fue la primera batalla más importante de la Guerra del Chaco, la segunda, fíjese la ironía, el momento que empieza la guerra pero se celebra la primera victoria, por eso es el día de la victoria de Boquerón”. comenzó diciendo el historiador. Este hecho fue muy importante para el ejército paraguayo, no sólo desde el punto de vista estratégico, sino también por el factor psicológico, teniendo en cuenta que el país cargaba el peso de la derrota en la “Guerra contra la Triple Alianza”, 62 años antes de la “Guerra del Chaco”, por lo que se tenía en mente que los soldados “guaraníes” no estaban preparados para otra contienda y que el ejército boliviano era muy superior.
Específicamente, dos decenas de días duró el conflicto bélico en Boquerón: ”Fueron 20 días de batalla, el primer asalto paraguayo empezó el 9 de septiembre, hasta que finalmente el 29 de septiembre los defensores bolivianos de Boquerón pidieron la rendición”.
La ocupación del territorio Chaqueño empezó a comienzos de la década del siglo XX, donde la decisión del Gobierno boliviano fue reivindicar el territorio chaqueño como parte de la República de Bolivia. Respecto a nuestro país, Herib comentó: “El Paraguay, a partir del gobierno de Benigno Ferreira comienza a prepararse, donde la primera vez se compra un importante lote de armas después de la Guerra contra la Triple Alianza, justamente previendo un posible conflicto”.
Además agregó: “Hasta ese momento no se habían producido mayor presencia paraguaya, hasta que en la década del 20, bajo el gobierno de Luis Alberto Riart, un gobierno provisorio, antes que asuma Eligio Ayala en 1924, se toma una decisión desde el alto mando, ahí se decide de que el Paraguay iba a hacer una presencia más efectiva a través de los fortines y es por eso que poco años después, se produce el incidente del Fortín Sorpresa donde lamentablemente tuvimos nuestra primer víctima luctuosa de la guerra que fue el Teniente Adolfo Rojas Silva”.
Desde este punto iniciaron series de situaciones como: mayor presencia paraguaya enfrentados con los fortines que establecieron los bolivianos; el incidente del Fortín Vanguardia de diciembre de 1928; Samaklay e 1931, lo que significó la protesta de los jóvenes del Colegio Nacional de la Capital y otras instituciones educativas, cuyo desenlace fue la matanza de octubre de 1931, donde el presidente del periodo 1928-1932 fue José Patricio Guggiari.
También es importante mencionar que anteriormente, el presidente Eligio Ayala envió militares al extranjero para capacitarse, donde José Félix Estigarribia y Luis Ayala fueron a hacer estudios de guerra, otros oficiales fueron a Chile. Paraguay no se endeudó en esa época, remarcando que no podía arriesgarse a tener demasiadas cuentas pendientes por las consecuencias de la “Guerra Grande”, teniendo en cuenta que se venían pagando préstamos de manera muy lenta, siendo la buena administración financiera, el gran mérito de Ayala.
El 15 de junio de 1932, el ejército boliviano ocupó el Fortín Carlos ANtonio López, que se acababa de inaugurar un poco antes porque se descubrió la laguna Pitiantuta, los bolivianos capturaron este Fortín y el Gobierno del Paraguay ordenó su urgente recuperación en la fecha citada anteriormente, Como represalia, las tropas del vecino país se apoderaron de tres Fortines paraguayos que formaban un arco defensivo frente a las colonias menonitas, donde cayeron: Fortín Corrales, Toledo y Boquerón, este último fue el más estratégico, aunque luego fueron recuperados después por las tropas paraguayas.
“No solamente era luchar contra los defensores, sino también era luchar contra las tropas bolivianas que estaban intentando romper el cerco y reforzar la guarnición de Boquerón, en dos ocasiones los bolivianos intentaron romper el cerco de los paraguayos y se resiste, era combatir hacia el Fortín y desde Fuera del Fortín”.
Respecto a cómo culminó esta parte del encontronazo, dijo: “Finalmente ese cerco funciona y los defensores que caen, cayeron pidiendo rendición porque ya no tenía más agua”.